Llevan con nosotros casi diez años y han crecido con la fundación y siguen evolucionando con ella. Los adolescentes de Ecuasol pasan por la infancia hasta la madurez con nosotros.
Conciliar los requisitos escolares con la fundación
El objetivo de la Fundación Ecuasol es cambiar la vida de los niños y adolescentes de las zonas desfavorecidas del norte de Quito.
Nos esforzamos por acompañar a cada niño de forma individual y colectiva. Sin embargo, es cierto que a menudo nos centramos en los más jóvenes o en los recién llegados. A veces olvidamos que los niños mayores necesitan la misma atención.
La adolescencia es una época complicada. Los jóvenes aspirantes se enfrentan a cambios delicados que alteran su relación con la fundación.
Al hablar con los adolescentes de Ecuasol, queda claro que no siempre es fácil conciliar las exigencias cada vez mayores de la escuela con la asistencia a la fundación.
Ser un adolescente en la fundación significa disfrutar del tiempo que se pasa en la fundación, pero preocuparse por no tener suficiente tiempo para preparar los exámenes.
Significa querer pasar tiempo con los adolescentes, pero tener que participar, a veces de mala gana, pero siempre con una sonrisa, en actividades con los más jóvenes.
Ecuasol: un espacio para socialización
Más que una institución de ayuda a los deberes, Ecuasol es un espacio social donde a los jóvenes les gusta pasar el tiempo. Algunos de ellos están en centros de enseñanza secundaria alejados de la Fundación y ya no pueden permitirse ir allí todos los días. Sin embargo, para muchos de ellos, acudir a la Fundación no es restrictivo. Al contrario, están encantados de poder ir allí.
«Si no estuviera en la fundación, pasaría mi tiempo solo.
«La fundación me ha ayudado a ser menos tímida, he aprendido a comunicarme mejor con los demás. «Aquí, nos abrimos un poco más»
Nathaly
Venir a la fundación, pasar tiempo con otros estudiantes, profesores y voluntarios evita el aislamiento o el vagabundeo por las calles del barrio.
A lo largo de los años, los adolescentes han desarrollado una relación con sus padrinos.
A ellos también les gusta saber de sus padrinos, así que no dudes en escribirles.
Le recordamos que nuestros voluntarios traducen sus cartas al español y pueden facilitar la comunicación con sus ahijados a través de las redes sociales.
Gestionar la relación con la familia y el mundo exterior
Se trata de un grupo más pequeño pero que requiere más atención. Por diversas razones económicas o familiares, ocurre que los más grandes abandonan la fundación. A partir de cierta edad, su presencia ya no depende realmente de la voluntad de los padres, sino principalmente de la del joven.
«Es mi elección venir, me hace feliz, me permite respirar un poco».Venir a la fundación significa que no tenemos que ir por otros caminos.
Mathias
Venir a la fundación, pasar tiempo con otros estudiantes, profesores, voluntarios significa evitar el aislamiento o deambular por las calles del barrio.
La orientación profesional consiste en devolverles la confianza en sus capacidades y desarrollar sus aptitudes.
El desarrollo personal es un componente importante de la orientación profesional. En la Fundación, la orientación consiste ante todo en aprender a confiar en uno mismo.
Rosita, profesora de adolescentes, hace lo posible por enseñar a sus alumnos que la realidad socioeconómica no es siempre inevitable y que tienen habilidades y recursos a los que recurrir.
«Siempre quise ser arquitecto, y gracias a los talleres («Charla»), tengo una idea más clara del trabajo que quiero hacer».
Luis
Charla : ingeniería civil
Clarisse, voluntaria encargada de la orientacion profesional, enseña a los adolescentes que sus habilidades de comportamiento son tan útiles en la vida cotidiana como en el mundo profesional.
«Cada taller nos enseña algo»
Luis
«Aprendes a ponerte en el lugar del otro mejor y a comunicarte mejor. Y, lo más importante, «llegas a conocerte mejor a ti mismo”
Brandon